Cuando brindábamos por el 2020 los ecos de un virus confinado en Wuhan apenas despertaban preocupación alguna entre Administración y ciudadanía.
Casi un año después la vida nos ha cambiado tanto que esta etapa se quedará grabada en la memoria colectiva de varias generaciones.
Muchas personas en edad productiva han visto amenazada su estabilidad laboral; niños y jóvenes su estilo a la hora de relacionarse (con los amigos, con la escuela, con el ocio…); y las personas mayores han tenido que aislarse todavía otro poco más: si ya la jubilación aísla de los focos en donde se toman decisiones, si ya el deterioro en la movilidad limita el acceso a los lugares en los que se producen las noticias, si ya la pérdida de agudeza en los sentidos dificulta la atención y sus feedback… el coronavirus se ha cebado en castigar a los más vulnerables doblemente al cobrarse el precio de muchas de sus vidas y reducir sus interacciones a los compañeros de pasillo y mesa… y a las personas que les cuidan.
Las personas que cuidan a personas tienen una doble responsabilidad: cuidarse a sí mismas para poder cuidar a los demás…
Cuidarse para cuidar… Cuidar al cuidador para que cuide a quien más precise de cuidados…
En la Residencia “Cardenal Marcelo” las personas que cuidan están solas:
- una dirección provisional trata de ir dando solución a las cuestiones ordinarias;
- muchas de las familias, antes solícitas y colaboradoras, se han instalado ahora en la exigencia de los derechos que, por otra parte, son de recibo pero que apenas tienen en cuenta la perspectiva desde dentro de la residencia: os invito a solicitar formar parte del grupo privado de Faceboock “Familiares Residentes Residencia Cardenal Marcelo” para descubrir cómo se puede llegar a simplificarlo todo hasta la caricatura y el estereotipo… por eso, afortunadamente, y desde el 2018, existe un “Consejo de Familiares” a los que madrugaron en un primer momento su protagonismo.
- los voluntarios tienen cerrada la puerta a su colaboración: los voluntarios de La Caixa ya no traen los regalos de cumpleaños; los voluntarios de Vaya Tela ya no ponen en antena “Ventana Abierta”; los voluntarios de Hospitalidad de Lourdes ya no traen rifas, actuaciones y peregrinaciones… los niños del Lestonnac, del Cristo Rey o del Ave María ya no vienen a llenar de risas y villancicos los pasillos y salones.
- El “Consejo de Residentes” está acobardado… los residentes están en general muy bajos de ánimo: sin estímulos, sin ilusión por la sobreinformación que les impide vislumbrar el horizonte…
“Vaya Tela” también ha venido colaborando con la residencia proporcionando cobertura legal a la voluntaria que acompañaba al capellán, Don José Luis Arenales, un histórico de la dinamización popular con profundas huellas en el Barrio de las Delicias.
Esta Navidad recuperaremos “Ventana Abierta”… de manera online, pero la recuperaremos. No podremos reinstalar las tomas de antena, arrancadas tras la última remodelación del salón de actos, desde donde emitíamos para todos los televisores de la Residencia; pero facilitaremos un portátil dotado de webcam y auriculares con micrófono para que D. Ángel de Castro emita desde su casa…
El programa de Navidad ya no será el que era…

…pero trataremos de que sea lo más digno que podamos permitirnos.

¡¡¡FELIZ NAVIDAD Y MEJOR 2021!!!